domingo, 16 de noviembre de 2014

A Él, con cariño

Ocho años desde la ultima vez que te vi, pero para mi, pareciera que fuera ayer la ultima vez que te visite, creo, mas bien tengo la certeza, que de todas tus chicas, soy la mas ingrata, puesto que todo lo que me entregaste, me hizo crecer como persona, no digamos que soy una persona ejemplar, pero podemos decir que soy una persona eticamente correcta, y la mayoría de los valores que me mueven, los aprendí de ti, solo tengo un reparo, te falto entregarme la libertad, esa libertad exquisita que llevas en tu vida, que al fin y al cabo, es la que el envidiado desde que te conozco.

Me encantaría verte, pero sé que las cosas no terminaron muy bien entre nosotros, pero me encantaría abrazarte y solo decir gracias, para luego seguir mi camino, dejarte ir y así liberarme, pasar de esta idealización que tengo contigo, necesito saber que eres de carne y hueso, que te equivocas y que sufres, y por sobretodo, convencerme que no rescatas princesas de las garras de los dragones que las rodean, que no eres un caballero de radiante armadura que rescata lo bello de este mundo, si alguna vez lo fuiste, ya no lo eres mas, que ya no llevas el recordatorio de tu triunfo colgado al cuello en forma de garra de dragón.
Ese recuerdo que llevo grabado en mi mente, y que da vueltas, que se esconde, escurridizo, lleno de rencor, aflorando a penas vuelve el vació existencial, espacio en donde golpea, y duele, y añora y recuerda y llora, y dice; Gracias, pero deja que tu recuerdo me libere, no pido olvidar, no pido recordar, solo quiero una decepción para dejar de pensar.